Calidad y Sabor
garantizado
Siguiendo la Tradición
El garbanzo de Labajos es de paladar fino y después de su cocción no se «despelleja», lo que hace más agradable su degustación. Además su tamaño medio hace que su cocción sea sencilla y que sea adecuado para toda variedad de recetas y gustos.
A lo largo del tiempo, los agricultores de Labajos han sido los verdaderos portadores de la esencia del Garbanzo de Labajos, manteniendo la cultura y las nociones del cultivo, heredadas de generación en generación, consiguiendo con su esfuerzo que este garbanzo característico, haya llegado hasta nuestros días con toda su esencia.
El garbanzo de Labajos ha sido reconocido en el año 2020 como marca colectiva, lo que después de tan largo recorrido garantiza su calidad oficialmente. Una calidad que se lleva cultivando tradicionalmente más de 400 años, como ya escribió Miguel de Cervantes. «En esta Villa situada a mitad de camino entre Madrid y Valladolid y a más o menos distancia de Salamanca, siendo paso obligado entre estas dos últimas y Madrid, existían varias posadas, mesones y un parador, así como los caballos necesarios para el recambio de las diligencias, con lo que los viajeros que por aquí transitaban se veían obligados a comer o pernoctar degustando en sus comidas los exquisitos cocidos de garbanzos de esta tierra, así como en sus cenas sus famosos gansos».
La exquisitez de estos garbanzos también se reconocía en el año 1752 por Alonso del campo al hacer el Catastro de la Ensenada donde detalla que se pagaban 30 reales por fanega de garbanzos, al ser estos de primera categoría.
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